7/10/12

Sa-

''Ya caída la noche, sobre la medianoche, el aventurero se adentran por el sendero.''

El camino era un tanto angosto a causa de la arboleda de la zona, a mano izquierda quedaban los hierros del ferrocarril, a mano derecha el colegio abandonado y al frente unos cuantos pasos para salir hacia la colina repleta de prado para el sosiego del alma.

Recuerdo la primera vez que pase por esta zona, el fulgor de las farolas iluminaba cada pétalo, hoja y rama que poblaba este atajo, el viento fresco salpicaba en la fachada del viejo colegio y la luz lunar despertaba el último aliento de naturaleza en este panorama tan artificial y arisco.

Se podían diferenciar varios sonidos, pájaros que salen de juerga, mis propias zancadas e incluso algún coche,  pero el que quedaba por encima era la placidez de la corriente palpando los matorrales, arbustos y árboles.

Me senté en una piedra que ya tenía dispuesta, abrí la mochila, botella de agua, un buen sorbo y para dentro, podía sentir como bajaba fluida hacía el estómago. Saqué el jersey de lana, guardé la botella y mochila cerrada. Me quedé pensando en mis cosas, lo de siempre... Estudios, familia, amigos, conocidas, pasado y futuro. Cuando, desde la maleza empezó a oírse algo, ese algo tenía patas, pequeñas extremidades con las que podía desplazarse, por lo que su tamaño tampoco me preocupaba. Lo que me mantenía intranquilo era su inquietud y su puntual movimiento, el cual, nunca se movía cuando me giraba para ver si había algo. Por supuesto que pensé en irme de allí, evidentemente que no me gustaba esa situación y claro que estaba algo alarmado, si, pero me gusta saber lo que hay a mi alrededor así que me incorporé, colgué la mochila en mi óseo perchero y dando media vuelta se presentó ante mi el foco del misterio.

Estaba justo delante de mi, paciente y despreocupado, sin moverse y tranquilo. En el momento que me dispuse en cuclillas para ver más cerca a mi compañero de esa noche, se movió tímidamente. Su color, verde plomizo, le daba la ventaja de ocultarse donde quisiera. Estaría cazando, algún que otro insecto y se habría acercado por simple curiosidad y yo me había quedado allí por la misma razón.

''Los animales son curiosos, solo que no saben que lo son.''

Antes de que se me olvide os diré que era un -po.

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