18/12/12

Yo yo y yo

Hacemos ver nuestro egocentrismo cuando y cada vez que hablamos decimos algo de nosotros que viene a ser, más o menos el 40% de nuestras palabrerías diarias. No me opongo a decir que no deberíamos hablar de nosotros mismos sea pecado, de hecho hablar de nosotros y que nos escuchen o asentir a modo de comprensión, de que estás siguiendo su hilo de sucesos, nos hace sentir mejor, pero no creo que sea necesario hablar de todo lo que nos pasa, simplemente lo imprescindible, lo que puede interesar, guardando lo que puede molestar y siendo un poco cuidadoso e ingenioso con nuestras palabras, por que para decir algo que no interesa mejor quedarse de lado del silencio.

Un amigo mio, que bien amigo es por que así lo califico, muchas veces en las que estamos hablando los demás y el por su lado callado, salta como como una cuerda en vertiginosa tensión añadiendo al comienzo de su adquisición vocal su inquebrantable  ''Pues a mi...''
La mitad de las veces, pueda ser verdad o no, se me hace pesado oír que cada cosa que comenta sea sobre el.

Con las cosas que me molestan me las auto-aplico ''No hagas no que no quieras que te hagan'
Pensando en cada momento que voy a decir y si puede ser algo que a la gente no la importe escuchar. La principales razón por lo que lo hago son varias como:

- Me gusta más pensar que hablar, y si bien he pensado lo que voy a decir, lo suelto con soltura premeditada.

- Me gusta oír a los demás (Pero según lo que me estén contando y lo que me interese)

- El silencio es mucho mejor que una palabra mal dicha que pueda incomodar, no interesar o romper el buen rollo que pueda haber, además que si hablas, directamente te vuelves sordo a los demás y los demás mudos ante ti.

Conclusión: Si dices algo, que sea digno del momento que habitará en el trascendente pasado, para que la vaga idea pueda perdurar en el futuro.


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