Hasta que los pulmones no puedan más.
Esta dichosa manía, casi innata, la cogería de mis madres, es una categórica maldición el fumar. Cada vez que trago ese plomizo aire, acecha más este vicio que rompe con la poca voluntad de dejarlo y además siento que mi madurez es desvencija, recordandome mi dichosa juventud, que aún dura.
Esta realidad tan infructuosa que me hace sentir muy incrédulo.
La lluvía traza rápidas carreteras por las que se deslizan las macabras y alocadas lágrimas del aguacero que nos toca vivir este 5 de Abril.
02 20 1967 - 04 5 1994 Unas Palabras para Kurki. |
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